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Las riquezas de Remedios marzo 25, 2009

Posted by BPP in Remedios.
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Las riquezas ocultas de Remedios

Eduardo E. Espinosa
Especial para La Prensa

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LA PRENSA | Eduardo E. Espinosa

Los vestigios de la época colonial y de los primeros asentamientos de los indígenas son algunos de los atractivos del distrito de Remedios, en la provincia de Chiriquí.

Sin embargo, muchas de esas joyas históricas están siendo borradas por el tiempo.

Parte de esos fragmentos del pasado luchan en solitario por sobrevivir, como los existentes en una zona elevada de Remedios, en donde por los años de 1500 se estableció La Garita.

LEGADO

La Garita era un poblado en donde sacerdotes cristianos provenientes de España intentaban convertir a los nativos guaimíes a la fe cristiana.

Precisamente en esa comuna, según recopilaciones de los historiadores, en 1589, se fundó con el nombre de Nuestra Señora de los Remedios o Pueblo Nuevo.

Actualmente esa zona se conoce como Remedios, cabecera del distrito. El área es considerada la más antigua de las poblaciones de la provincia de Chiriquí.

Los pobladores de la zona afirman que allí en la cima de una extensa área, dedicada hoy a la ganadería denominada La Garita, se estableció un importante poblado, en el cual existían además de viviendas, una estructura que albergaba la iglesia del pueblo y un gran pozo brocal que proveía de agua a la población.

MALEZA

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LA PRENSA | Eduardo E. Espinosa

Ambos lugares estaban cimentados sobre grandes lozas, de las cuales poco se conoce del tipo de mezcla que utilizaban para realizarla y que a pesar de las décadas trascurridas sobreviven aún a las inclemencias del tiempo y de las malezas.

A varios metros de lo que fue la iglesia, desde el borde de la cima, se encuentra lo que se considera fue el mirador de la población, con una vista casi hechizante e increíble, en donde se divisa el océano Pacífico, con una mezcolanza de entradas del mar, de llanuras, cerros, playas y de las figuras de islas cercanas y otras muy lejanas, como por ejemplo de la isla de Coiba.

Lugareños aseguran que por su posición geográfica en la época colonial, el sitio era vital para poderse percatar del arribo a estas playas vía marítima de barcos de todo tipo, principalmente las naves de los piratas españoles y corsarios ingleses.

Actualmente en la zona solo quedan muestras de lo que fue en otrora el famoso poblado.

Un gran piso donde funcionó la iglesia y lo que fue la zona en que las mujeres utilizaban para el lavado de las vestimentas, ambos lugares envueltas en raíces y vegetación diversa.

Precisamente desde este mirador, rodeado de rocas, se aprecian en grandes cantidades de las talladas denominadas petrogríficos, con mensajes desconocidos que, poco a poco, están sucumbiendo ante los embates del tiempo y la propia naturaleza.

LAMENTO

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LA PRENSA | Eduardo E. Espinosa

Juan Soto, residente de la zona, asevera que esas son muy antiguas y que ya están desapareciendo, que incluso los jóvenes remedianos no se interesan en visitar el lugar y mucho menos en rescatarlos para darlo a conocer a las generaciones venideras

Soto recordó que sus abuelos y las personas más longevas de Remedios aseguraban que en este el lugar los habitantes podían apreciar la llegada de piratas y corsarios quienes en reiteradas ocasiones atacaron el pueblo.

“Tras divisarlos se enviaban mensajes a otros puntos para advertir de su presencia los que podrían ser mediante sonidos emitidos por cuernos o tambores”, explicó.

El morador relató que La Garita sufrió los efectos de un gran incendio.

Por ello, el poblado se estableció en la parte baja de la zona y que por el crecimiento económico, que como puerto brindaba, fue un aliciente para que se acrecentaran los ataques de los piratas, quienes finalmente arrasaron con el nuevo poblado.

¿Cómo conocer esta región?

En David hay autobuses de la ruta de oriente David-Remedios o desde Panamá la ruta de Panamá -David, En la entrada a Remedios puede abordar un taxi o un autobús de la zona.

Para trasladarse a La Garita, es necesario contactar algún lugareño de Remedios, en la Alcaldía lo puede hacer, preferible los de mayor edad para que indiquen el camino y la zona exacta.

Es importante llevar agua, alguna comida ligera y una cámara fotográfica.

La piedra pintada de Caldera julio 19, 2008

Posted by BPP in Boquete, Leyendas.
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– XXII –

CUENTOS DORACES

LA PIEDRA PINTADA DE CALDERA

La así llamada Piedra Pintada, es una enorme piedra sobre la cual quién sabe qué manos de indios esculpieron dibujos y figuras, algunos de un trazado perfecto. El tiempo y los agentes atmosféricos han ido desgastando y borrando las figuras que aparecían en la cara superior, pero las que se encuentran en la cara perpendicular se ven perfectamente. Unos piensan que esa piedra fue un altar que los indios erigieron a sus antiguos dioses. Otros dicen que los doraces dejaron allí un mensaje representado con los signos ideográficos que ellos usaron para comunicarse unos con otros. Pero hay una tradición más: que bajo esa enorme piedra yace sepultado un gran tesoro compuesto por figuras de oro, las mismas figuras que aparecen dibujadas en la piedra. Ningún dorasque tocará ese tesoro, pero vendrán extranjeros que se apoderarán de él. Pondrán debajo «tierra de temblor y de fuego» y la piedra saltará en pedazos hasta el cielo. Los que hagan esto tendrán que huir en tres direcciones: hasta la mitad de la plaza de Caldera, hasta el llano de Troya, y hasta la «Vuelta del Jobo». Rota la piedra negra y la plataforma de piedra amarilla que cubre el depósito, encontrarán las figuras de oro. Ese tesoro está custodiado por un espíritu o «dago familiar» de los doraces y ninguno de la raza se expondrá a los males que le vendrían si intentase tocar el tesoro. Eso sólo lo harán blancos extraños y poderosos sobre los cuales no tienen poder los «dagos» del antiguo pueblo de los doraces. Mientras, allí sigue la piedra con su mole enorme, con sus signos misteriosos, memorial o mensaje que los indios de hoy muchas veces contemplan melancólicamente como si oyeran en ella el eco de una voz extinguida.

Referencia: Beatriz Miranda de Cabal. 1974.  Un pueblo visto a través de su lenguaje. 113 pp.